Drosera rotundifolia - Turbera de Gesaleta (Anué)
El nombre deriva del griego "grosero" que significa "rocío" por sus secreciones que segregan los pelillos rojizos y pegajosos. En los libros antiguos, la planta toma el nombre
latino de Rosa solis que quiere decir " Rocio del sol" y "rotundifolia", por la forma redondeada de sus hojas.
Las hojas de esta especie se disponen en forma de roseta basal. Los largos (1,3-5 cm), estrechos y pilosos peciolos poseen pequeñas laminillas de 4-10 mm de largo. La superficie de la lámina se encuentra densamente cubierta con pelillos glandulares de color rojo que secretan mucílago pegajoso.
Una planta típica posee un diámetro de unos 3 a 5 cm, con una inflorescencia de 5 a 25 cm de alto. Las flores crecen sobre un lateral de un único y esbelto tallo sin pelillos que surge desde el centro de la roseta de hojas. Tienen cinco pétalos de color blanco o rosado y producen unas pequeñas semillas alargadas (1 a 1,5 mm) de color marrón claro.
En el siglo XIII los alquimistas, intentaron en vano fabricar oro o algún elixir de vida ad longam vital suma, a partir de las secreciones de la drosera. La planta era completamente desconocida por los médicos romanos, sin embargo en el Medievo, era utilizada como remedio, sobre todo en caso de tos, de enfermedades pulmonares, de tos convulsa y tisis (tuberculosis), epilepsia, enfermedades de los riñones y de la vejiga. Los monjes del siglo XII empleaban la drosera, que llamaban "hierba sole" para aliviar la tos irritante. El científico Arnold von Villanova, cuyos escritos fueron condenados por la Inquisición, obtuvo un elixir de esta planta medicinal que supuestamente curaba todas las enfermedades de la humanidad.
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